Ruta Románica Monasterio Sant Pere de Rodes VI
Quien desee visitar el Monasterio de Sant Pere de Rodes, puede hacerlo por un camino de montaña, cuyo comienzo está a la salida de Port de la Selva a un kilómetro junto a la carretera que se dirige hacia Llança, serpenteando con fuertes desniveles, ascendiendo hacia el monasterio, marcado por la agreste orografía de sus fuertes pendientes, en ocasiones deja de verse la inmensa mole del Cenobio , ofreciendo una visión entre cercana y lejana la cual le confiere un aspecto irreal, más aun si las frecuentes neblinas, se dejan caer sobre el conjunto monumental ocultando por un momento lo que ansiamos ver cuanto antes, hasta llegar junto a Sant Pere de Rodes.
Otra forma de alcanzar el monasterio, es siguiendo una carretera de montaña, que arranca desde el pueblo de Port de la Selva, muy cerca del camino anteriormente descrito, aunque esta vez el recorrido se puede efectuar en automóvil, casi hasta la misma entrada del monasterio.
Por último existe una carretera similar, pero partiendo de la plana de Roses en la vertiente sur de Verdera, concretamente desde el pueblo de Vilajuïga, con numerosas curvas a causa del gran desnivel que se ha de vencer hasta el final del mismo.
Todos estos distintos recorridos son de una belleza impresionante, por lo agreste de la montaña Verdera, en donde una vez culminado cualquiera de ellos, haciendo de mirador desde Sant Pere de Rodes, ha de contemplarse hacia el este el grandioso panorama azul del Mediterráneo, que baña la preciosísima población de Port de la Selva, y ante ella su pequeña bahía, confiriéndole una especial relevancia de este rincón de la Costa Brava.
Con el fin de hacernos una idea del conjunto monacal de Sant Pere de Rodes, en primer lugar existe un vacío arquitectónico, entre las torres del campanario, defensa (almenada) y la torre de Sant Miquel, alzándose sobre los dos claustros, paredes hasta dos plantas cuyos espacios contenían dependencias aun por averiguar sus dimensiones y usos a que eran destinadas, por lo que se han consolidado para evitar su derrumbe. La parte norte está ocupada por la Torre de Sant Miquel, la triple Absidiola , un poco mas separado junto al *ábside está el edificio del Palacio Abacial, la Sacristía junto a la parte central de la nave de la iglesia, y la tierra destinada a servir de huerto para la comunidad, la entrada a la Basílica , y una de las fechadas de la bodega. En el lado sur, la torre de defensa y la residencia del guarda actual, así como un moderno bar restaurante, por el que a través de sus ventanales puede contemplarse el Port de la Selva. Entre las dos torres, el edificio de la despensa. La iglesia con su *ábside da a la parte norte. Hacia el este miran los huertos que se extienden desde la residencia-restaurante hasta el *ábside de la iglesia. En la actualidad existe un pasadizo exterior comunicando la sacristía con el Palacio Abacial.
Cuenta una antigua leyenda, que el mismo emperador de la Galia Carlomagno, sobre el siglo IX hizo una visita al Monasterio de Sant Pere de Rodes, y se da también por supuesto que en alguna de sus dependencias se le ofreció hospedaje, para mayor gloria del monasterio, si cabe.